sábado, 27 de abril de 2013
Creo que no se puede pedir más: vos y yo juntos abrazados, el atardecer entre las nubes amarillas. Tu cabeza sobre mi hombro, mi cachete sobre tu cuello; una ligera briza que corría por mis piernas y las tuyas.
Acto seguido, mis dientes clavados cual vampiro extasiado por la sangre del mortal. Tus labios se fundieron en mi cuello y, se me hizo agua la canoa.
Acto seguido, mis dientes clavados cual vampiro extasiado por la sangre del mortal. Tus labios se fundieron en mi cuello y, se me hizo agua la canoa.