(Me acordé de algo que me puso re feliz el martes)

Estaba en el colegio en la hora de Literatura y me puse a escribir, me vio re compenetrada en ello y me dijo ''Sofía, que compenetrada que estas escribiendo'', a lo que contesté con una sonrisa ''Sí, es que estoy concentrada en esto'' y me dijo a mí y a mi amiga ''Me encanta la forma de redactar que tiene ella, aparte de la concentración que tiene''

Mi cara de felicidad más la felicidad que me brotó de adentro de que una profesora de Literatura me dijera que le encantaba como redactaba fue un honor realmente para mí.

Al igual que aquella vez que en las vacaciones de verano en una feria artesanal me compré una caja de madera con pintura naif en la tapa y yo estaba maravillada y le conté que pintaba y dibujaba y que amaba hacerlo. Cuando me la compré y me la alcanzó, le dije ''gracias'' y me dijo ''no, para mí es un honor que una pintora me haya comprado una caja pintada por mi'' y también fue maravilloso, se me dibujó una sonrisa enorme en la cara al igual que con mi profesora.

O sea que alguien me haya dicho eso, tanto en el caso del hombre de la feria como de la profesora me hayan halago con algo de lo que me encanta hacer porque les gusta lo que hago es realmente maravilloso.

Creo que es lo que sintió una mujer hace poco cuando le dije que yo desde muy chica anhelaba conocerla, hacerme un vestido con ella y siempre dije que me lo iba a hacer con ella. Recuerdo como le brillaron los ojos, se llenaron de lágrimas y la sonrisa maravillosa que se le dibujó en la cara -como es ella-. Porque para una persona que se dedica a lo que le gusta y como profesional (no soy profesional, estoy muy lejos, pero lo que hago me gusta) que admiren tu trabajo desde hace tanto tiempo y que te lo digan debe ser fuerte realmente.

- Y bueno me voy a hacer mis cosas y a dormir.