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domingo, 25 de noviembre de 2012


‘’Esos olores que ya no están’’
Todavía siento ese olor a sahumerios, siento las hojas crujiendo mientras que caminaba, puedo ver las luces cálidas, escuchar las risas y cantos de las personas que mientras que se dedicaban a trabajar pasaban un buen rato. Felices. Ojos cansados pero que reflejan alegría; nada de enojo, mala predispoción, sin ganas de divertirse y brindarte lo mejor sabían hacer: ARTE.
Las ferias hippies de la costa: eso es. Hablando con alguien salió el tema de las pulseras (cómico que dos personas hablen de pulseras, sí), y me retroceder el reloj del inconsciente un par de años, -no sé cuántos exactamente-. Y me acordé de cuando en el Partido de la Costa Atlántica Santa Teresita, Buenos Aires fui con mi tía y mi prima a una feria hippie de ahí. Siempre fue linda, muchas veces iba gente a cantar o bailar en una especie de escenario, también hacían diferentes tipos de shows.
El tema de la pulsera: recuerdo que cuando fuimos nos queríamos comprar algo, miré, miré y miré… Siempre me gustaron estas ferias, realmente me encanta todo, hay cosas que no son muy bellas para mi gusto y otras son realmente espléndidas. En eso vi la pulsera; hilo beige con distintos tipos de puntos y en el centro una piedra violeta con rayas naturales, de ese tipo de piedra de color no recuerdo si era negro o manteca. Amaba esa pulsera, es le día de hoy que la recuerdo. Me acuerdo en el momento en la que la elegí, la que eligió mi prima, la piedra del medio era blanca. El papel madera, cuando elegí los sahumerios para el departamento de mi tía, del que mas me acuerdo era el de rosas por la forma de la casa y la gráfica de afuera de las rosas. Los otros que elegí no los recuerdo. La felicidad con la que volví a ‘’El Parque’’ y cuando se la mostré a mi mamá es medio vago esa parte con mi mamá, creo que ni eran las 00.00 igual, pero me acuerdo de mi mamá diciendo que le había gustado mucho.
Qué loco como van pasando las cosas, ¿no? Me refiero a, ¿cómo decirlo? Ya no hay hippies de verdad, artesanos realizando trabajos realmente artesanales y no ‘’agarré un cacho de madera le puse un clavo y ahí esta la artesanía’’. Y los que se creen hippies no lo son, no son más que gente con un pensamiento erróneo, que fuma marihuana y sucia que no quiere bañarse y por eso se cree hippie. Y eso está tan mal para mí, porque ese no es el concepto hippie. Los hippies eran de los que ya no hay, ya no existe la persona hippie de verdad, de alma, de nada.
Es extraño todo, porque uno va a las pocas ferias que hay y ya ni siquiera se asemeja a lo que había. Mucho desarrollan la venta de ropa, que encima es realmente horrible, y utilizo la palabra ‘’horrible’’ porque lo es, -las personas que me conocen saben que no me gusta el uso de esa palabra a menos que sea necesario-. O venden ropa para perros, ¿qué demonios? No tiene sentido.
Deja de ser una feria hippie, tras que no hay mucho como ya dije, el poco espíritu se pierde. No hay ni siquiera ese espíritu, la esencia; nada. Se convierte en una feria de ropa fea y hedionda, una feria como la que se realiza los fines de semana en el Parque Lezama. No lo sé, es realmente feo. Esas son el tipo de góndolas o cómo se llamen que me dan ganas de prenderlas fuego con una antorcha.

-Sofía.