Pelotudo, pelotudo y pelotudo.-

No obstante, es muchacho es un pelotudo. ¿De quién hablo? De mi herMONO. Sí, HERMONO, el idiota.

Vengo de estirar en el fondo de mi casa re paz y amor, el quincho estaba semi a oscuras y dije ‘’bueno, no hay nadie’’. Entro con la computadora en la mano, y el inútil grita como si no sé qué carajos, gracias a Jebús que me sobresalté nada más y no revoleé la computadora al re carajo.

Pero el señor no es la primera vez que me lo hace, es la segunda, si tengo una botella de agua en la mano me importa muy poco. Pero NOOOO! El tiene que hacer eso justo cuando tenes algo de valor e importante entre tus manos JÁ.

La primera vez fue en el balcón de un edificio, un piso 36, yo feliz de la vida con mi carama nueva. Una cámara que quiero desde hace años, para la cual tenía plata ahorrada desde mi comunión –mira del momento del que te estoy hablando-. Y me la compré y estaba con medio cuerpo afuera del balcón, con la cámara de noche sacándole fotos a las luces de la city de Miami y el forro salta del otro balcón y grita.

TARADO, ESTÚPIDO, INÚTIL, INBÉCIL, si yo no reaccionaba como reaccioné (me quedé quieta, no me sobresalté ni nada) a la mierda la cámara, la cámara a Buenos Aires no llegaba ni porque me cagara. Y me jodía porque otra vez no iba a tener la cámara. Pendejo conchudo, tarado, bobo del culo.

Gracias.