9 años, pero seguís vigente en todos nosotros por siempre.

Ya pasaron 9 años de éste día. 9 años en los que tu presencia no está, pero sí tu esencia aunque cuesta aceptarlo debido a que a veces uno necesita un abrazo, una palabra, una mirada, un enojo, una enseñanza, una guía, un algo que sea tuyo. Pero sé que desde algún lugar nos guías.

No puedo decir mucho, y no porque no sienta algo y escribo esto de compromiso. Sino que no necesito hacer público ni una demostración para medio mundo para que vea el dolor que se siente perder a un abuelo, porque me lo guardo para mí y para mis allegados que pasaron lo mismo que yo, porque sé que si alguien lee esto sabe lo que se siente, ya sea reciente o como mi caso que ya, aunque parezca increíble, pasaron 9 años.

Te extraño bastante, ¿sabes? Todos te extrañamos bastante. Yo, por mi parte creo que no puedo decir mucho porque no me sale explicarlo por escrito, porque lo siento y con eso me basta, con ya saber que YO lo siento y sé que vos lo sabes porque aunque suene ilógico, yo sé que seguramente alguna vez me escuchaste.

Como se puede apreciar mucho para escribir no tengo porque no voy a estar reiterando todo con el pasar de los años, o contando cada situación que me pasó que tuviera en relación a vos.

Aunque duela mucho lo que pasó hace un tiempo, muchas veces se siente como si hubiera sido hace días, horas, minutos… Sé que te voy a volver a encontrar algún día, pero todavía no.

Y eso es todo, te amo. No me voy a olvidar jamás de vos, sos para siempre. No tengo más acotaciones a todo esto. Solamente una pequeña: Gracias por los 6 años de enseñanza que me diste, a pesar de ser un piojito, me acuerdo mucho de todo. Hasta siempre y para siempre. Un día nos vamos a ver otra vez, y vamos a hacernos una fiesta todos juntos como a vos te gustaba.

‘’De chiquito aprendí a comunicarme así, guitarra en mano. Tal vez funcione si estas en el más allá, como pensamiento. Porque hoy sos pensamiento y emoción en mí y no es en vano.

(…) Nadie te olvida (…), estás siempre presente.
(…) Nos gustaría que supieras además que tu recuerdo nos llena de fuerza, locura y libertad.
(…) Tenemos infinitos viajes para poder volver a verte, en sueños de fuerza, locura y libertad.
Angelito de todos nosotros, (…) hoy te toca cuidarnos. A nosotros de nosotros mismos, de tanta oscuridad en la que estamos. ¡Le sonreiremos a tu risa y lloraremos tu llanto!